¿Quieres aprender a cuidar tu piel en invierno para protegerla del frío? ¿Sabías que los peelings son un método sencillo y eficaz para favorecer su regeneración? Descubre, a continuación, cómo puedes prevenir la sequedad, la tirantez o la irritación cutánea tan frecuentes en los meses invernales.
Invierno, la mejor época para un peeling químico
¿Qué sucede con la piel en invierno? El viento y las bajas temperaturas conllevan una pérdida de elasticidad cutánea y un incremento de la sequedad. Ello favorece la aparición de grietas, irritaciones, picores e incluso arrugas en las zonas más expuestas, como son la cara, el cuello y las manos.
Los estudios han demostrado que estos factores climatológicos reducen la humedad ambiental. A su vez, esto promueve la deshidratación de la piel por un aumento de la secreción de la proteína MMP-1, que está relacionada con el envejecimiento cutáneo.
Además, el invierno es la mejor época del año para hacerte un peeling porque la piel ya se ha recuperado de los efectos de la radiación solar y de los daños que producen las altas temperaturas en todas las capas cutáneas.
Tipos de exfoliación química
Entonces, ¿qué puedes hacer para prevenir este deterioro? Ayudar a renovar la epidermis y parte de la dermis con una exfoliación química. Esta técnica permite eliminar las células muertas de la piel para aportarle luminosidad y reducir irregularidades y líneas de expresión.
La exfoliación química se realiza con diferentes sustancias de pH ácido según el nivel de profundidad de la piel que se pretenda trabajar. Para decidir cuál se realiza, el médico tendrá en cuenta el fototipo (tipo de reacción al sol) y el grado de envejecimiento cutáneo:
- Peeling superficial: Actúa en la epidermis y para llevarlo a cabo se emplean ácidos suaves como el alfahidroxiácido o el ácido salicílico.
- Peeling medio: Penetra la epidermis hasta la capa más superficial de la dermis papilar con sustancias como el ácido tricloroacético o el ácido glicólico.
- Peeling profundo: Abarca la epidermis y la dermis papilar por completo. En este caso, se usa el ácido tricloroacético o el fenol.
Beneficios de los peelings
La exfoliación química aporta muchos beneficios a la piel, por ejemplo, ayuda a mejorar su aspecto y a tratar algunas afecciones dermatológicas:
- Mejora la apariencia de la piel, ya que proporciona un tono más uniforme, mejora la luminosidad y reduce puntos negros e impurezas.
- Suaviza los signos del envejecimiento, tales como líneas de expresión y arrugas, flacidez y manchas.
- Elimina cicatrices pequeñas.
- Puede mejorar algunos tipos de acné.
- Reduce manchas cutáneas provocadas por el sol o la edad.
- Minimiza las manchas oscuras características del embarazo y de algunos tratamientos hormonales (melasma o cloasma).
- Ayuda a tratar algunas afecciones dermatológicas como la queratosis pilar (manchas escamosas y pequeñas protuberancias), los xantelasmas (lesiones de contenido graso en los párpados) o queilitis actínica (manchas escamosas).
¿Qué hay que hacer para que la piel se recupere tras un peeling?
Este procedimiento tiene un efecto abrasivo para poder quitar la capa más superficial de la piel y renovarla. Por ello, debes saber que, tras el tratamiento, notarás un leve enrojecimiento, seguido de una sensación de sequedad. Por último, tendrás una descamación que suele durar 3 o 4 días.
En primer lugar, debes seguir las indicaciones del médico o dermatólogo. En general, estas son las recomendaciones más habituales:
- Evita la exposición al sol.
- Elige un maquillaje hipoalergénico.
- No te toques las zonas exfoliadas.
- No te laves la zona tratada durante 24 horas. Cuando haya pasado este tiempo, utiliza un jabón suave y sécate con cuidado, dando toques, sin frotar la piel.
- Evita usar joyas metálicas durante 48 horas.
Nutre tu piel por dentro y por fuera
Después de la exfoliación, deberías emplear dos veces al día una crema hidratante. Entre los productos disponibles, procura escoger uno con propiedades antioxidantes, calmantes y reparadoras, libre de alcohol y perfume.
Algunos ingredientes muy beneficiosos con estas propiedades son los siguientes:
- El gel de aloe vera, pues es un excelente cicatrizante, emoliente y antiinflamatorio.
- El aceite de rosa mosqueta, el cual destaca por sus propiedades regenerantes para pieles maduras.
- La coenzima Q10 y sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
- El extracto de centella asiática es antioxidante, cicatrizante, antiinflamatorio e hidratante.
- La flor de la caléndula es calmante, reparadora, antiséptica y antiinflamatoria.
- La vitamina E en la piel mejora su elasticidad y la protege de los radicales libres.
Por otro lado, puedes nutrir tu piel desde el interior con determinados suplementos como los siguientes:
- Vitamina C.
- Vitamina D.
- Vitamina E.
- Betacarotenos.
- Zinc.
- Selenio.
- Ácidos grasos esenciales omega-3.
¿Estás buscando cómo mejorar la apariencia de tu piel? ¿Quieres saber más sobre la queratosis, las cicatrices o el melasma y su tratamiento con peeling? Elige un centro médico donde puedan realizártelo sin ningún riesgo. Asimismo, puedes potenciar sus efectos con la ayuda de nutricosméticos de calidad como los que te ofrece GliSODin, la primera marca en patentar la potente enzima antioxidante superóxido dismutasa (SOD).